miércoles, 24 de octubre de 2012

Sufridora


Las mamás hemos nacido para sufrir. 
Para sufrir y vivir en un estado de permanente angustia. Es innato a nuestra naturaleza, desde el momento en que parimos ya sufrimos.
No creo que haya explicación científica para este hecho, y si la hubiera, por favor, hacédmelo saber.

Somos masocas, no lo neguemos. Siempre nos va a angustiar cada paso que dé nuestro pequeño. Con miedo constante a que se desate el desastre, nos ponemos en lo peor, y soltamos la frase lapidaria que toda madre suelta en algún momento " Si es que ya lo sabía yo...!"

Os ilustro con  varios ejemplos:

-         Si come poco, mal “Este niño no ME come nada, no va a crecer ni a  desarrollarse de un modo adecuado”
-         Si come mucho, peor “Este niño no come, devora, va a tener obesidad infantil a este paso”


-         Si duerme poco, mal “ No ME duerme nada, si dicen que los niños crecen mientras duermen, éste se queda canijo”
-         Si duerme mucho, peor “Durmiendo tanto no tiene estímulos externos, y me han dicho que la estimulación temprana es muy importante”

(Pongo lo del ME en mayúscula porque es una cosa que siempre me ha hecho mucha gracia, como si nosotras durmiéramos o comiéramos a través de nuestros hijos)

Y así os podría escribir una lista no larga, larguísima, de motivos de desazón maternal.


Recuerdo el verano pasado lo mal que lo pasé en la playa, preocupada de que se quemara, de darle crema, de darle agua, agobiada porque mientras hacía la croqueta tan feliz yo me enfadaba porque me estaba llenando la toalla de arena. Hasta que ví lo que se reía con su padre jugando, chapoteando y con arena en los mofletes, y no precisamente en los de arriba, jajaja. Y así os podría decir muchas situaciones que, echando la vista atrás, me he perdido de mi hijo por estar preocupada.

Porqué no nos limitamos a disfrutar de ellos, a no preocuparnos más de lo necesario, que bastante tenemos ya con lo que viene “de serie”??

Hay que aprender a disfrutarles tal cual, manchados, con mocos, con las manos pegajosas y arena en los zapatos. 
Y por qué? pues porque son felices, y eso nos hace felices a nosotras; lo demás son tonterías con las que no merece la pena llenar la cabeza. O me equivoco??



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